Testimonio y Martirio En El Magisterio de Juan Pablo II : Acentos de espiritualidad martirial

Bok av Laffeuillade Hector Eduardo
No hay que olvidar el testimonio de los mrtires, escribe Juan Pablo II en la Carta Apostlica Tertio millennio adveniente N 37. Es muy significativa la insistencia con que el Papa ha recordado el testimonio de los mrtires para valorar el alcance que tiene en su magisterio universal. Los mrtires pertenecen, con todo derecho, a la Iglesia. Son su parte mejor porque de la manera ms coherente, manifiestan el amor que se entrega sin pedir nada a cambio. No estn relegados a un pasado que la memoria litrgica quiere volver a proponer, por el contrario, marcan el paso de la vida de la Iglesia y provocan e interpelan nuestro presente. El mrtir es un signo que nos lleva a tomar conciencia de nosotros mismos, a verificar hasta el fondo la libertad que anhelamos y a constatar que por amor verdaderamente se puede dar la vida. La figura del mrtir por ms paradjica que parezca, corta transversalmente nuestra historia reciente. Su presencia sigue alimentando y fortaleciendo a la Iglesia. El Papa nos viene a recordar que el mrtir no nos puede resultar extrao. Logramos identificar su personalidad, aunque muy a menudo su imagen parece evocar en nosotros un mundo que ya no es el nuestro.